La incómoda postura de Jake
Jake se quedó paralizado, con la cara confundida por la vergüenza y el malestar, como un niño al que han pillado con las manos en la masa pero que aún intenta encontrar una salida. La energía de la multitud había cambiado por completo, dejándole aislado en un centro de atención que ya no deseaba. Ahora todos los ojos estaban puestos en McClain, la fuerza silenciosa que había desmantelado sin esfuerzo las bravuconadas de Jake sin mover un dedo. Y en aquel pesado silencio, todos comprendieron que Jake estaba aprendiendo una lección que no olvidaría pronto.

La incómoda postura de Jake
Paciencia tranquila
McClain permaneció impasible, con una calma tan inquebrantable como el asfalto bajo sus botas. Observó a la multitud con el tipo de paciencia que sólo da la experiencia, una tranquila seguridad que no necesitaba bravuconadas. No había necesidad de palabras: su sola presencia había cambiado las tornas. Daba la sensación de que simplemente estaba esperando, dejando que el peso del momento se asentara, dando a los motoristas la oportunidad de darse cuenta de lo mucho que le habían subestimado.

Paciencia serena