Un guiño cómplice
Bill estaba a mi lado, con los ojos entrecerrados en silenciosa contemplación mientras veía cómo se desarrollaba la escena. Capté el sutil movimiento de cabeza que hizo, como si comprendiera algo que los demás aún no habíamos captado del todo. “Siempre hay algo más bajo la superficie -murmuró, casi como si hablara consigo mismo. Su perspicacia añadió otra capa a la creciente tensión, haciéndome preguntar qué veía él que yo no viera. Quería preguntárselo, pero algo en su tranquilo silencio me decía que las respuestas se revelarían muy pronto.

Un asentimiento cómplice
La voz de Jake vacila
Jake intentó otra broma, pero su habitual bravuconería flaqueó. “Quizá tu camión esté compensando…” Su voz vaciló, las palabras se desvanecieron como si ni siquiera él estuviera convencido. El público captó el cambio, una grieta sutil pero innegable en su confianza. Sintiendo la energía incómoda, Jake cuadró los hombros, intentando recuperar su fanfarronería, pero era como ver cómo se desinflaba lentamente un globo: por mucho que lo intentara, el aire ya se estaba escapando.

La voz de Jake vacila