Un acercamiento silencioso
Sophie entró lentamente, con pasos suaves sobre la mullida alfombra. El ambiente se volvió más frío y melancólico con las lágrimas de Emily. Extendiendo la mano, Sophie acarició suavemente el hombro de Emily, transmitiéndole un mensaje silencioso de “estoy contigo”. No hacían falta palabras; el mero hecho de que estuviera allí lo decía todo. En aquel momento, la habitación parecía un poco menos oscura y un poco más acogedora.

Un acercamiento silencioso
Lágrimas en la oscuridad
Emily empezó a hablar, con la voz baja y llena de resentimiento. Lo vertió todo: la confusión, la incomodidad, la sensación de estar totalmente desorientada. Sophie escuchó profundamente. Cada palabra que pronunciaba Emily representaba un fragmento de su corazón, y Sophie lo entendía todo. Fue un diálogo difícil, lleno de sentimientos crudos y sin filtrar, pero fue esencial. Fue reparador.

Lágrimas en la oscuridad