Crece la Anticipación
La gasolinera enmudeció, el ruido de fondo habitual se desvaneció mientras todos quedaban absortos en la escena que se desarrollaba. Todos los ojos se clavaron en el camionero y los motoristas, como si estuviéramos presenciando el clímax de un drama sin guión. Pero el aire contenía algo más que vapores de gasolina: crepitaba anticipación, quizá incluso un silencioso respeto. Fue un cambio tan sutil que sólo lo sintieron los que prestaban atención. Jake y Travis, aún perdidos en sus propias bravuconadas, no tenían ni idea de que ya no eran los protagonistas de esta historia.

Crece la Anticipación
Empiezan a aparecer los nervios
A medida que se alargaba el silencio, algunos de los motoristas más jóvenes se inquietaron, cambiando de peso y mirándose unos a otros con incertidumbre. Era como si percibieran que algo estaba cambiando, pero no sabían qué era. Sus risas, antes estridentes y chulescas, parecían ahora forzadas, incluso fuera de lugar. La confianza que había alimentado sus burlas empezaba a decaer, dejando tras de sí una energía incómoda que chocaba con la bravuconería que tanto se habían esforzado por mantener.

Empiezan a notarse los nervios